miércoles, 12 de diciembre de 2018

Manual de exilio. Como aprobar su exilio en treinta y cinco lecciones (Manuel d'exil)

Tenía apuntado su nombre en una nota en el móvil, como lectura futurible, por algún comentario no recuerdo de quién ni dónde. Así que, tropezando mi vista en la estantería de la biblioteca y mi neurona en el recuerdo de la nota, cogí la novela en cuestión. Sabía, de oídas, que escribía sobre lo que escriben todos los escritores de la misma generación y espacio geográfico, de las guerras balcánicas de los 90. La cuestión era conocer su perspectiva.


Creo que es una novela de la que es complicado sacar una sinopsis, un resumen sobre la trama. Es una novela autobiográfica, que narra las vivencias del autor desde su llegada a Francia a solicitar asilo político hasta el 31 de diciembre de 1999.
Nos explica sus desventuras y avatares para poder aprender francés, conseguir un lugar donde vivir, como relacionarse con sus compañeros en el centro de refugiados y con la nueva geografía en la que se enmarca su vida.
Sinceramente, esperaba algo más, no sé, quizás he empezado por el título que no debía, pero es el que tenía al alcance. Igual en el resto de su producción literaria hace más hincapié en todo lo acontecido durante la Guerra de los Balcanes, pero que en la novela que narra su exilio en busca de refugio, las referencias son puntuales, anecdóticas, de tal modo que no recuerdo más que una referencia a la trinchera y su AK-47, pero vamos es exáctamente eso lo que recuerdo.
Parece una conversación de taberna plasmada sobre el papel, como si fuese el reencuentro con un antiguo amigo al que hace una eternidad que no ves y decides explicarle tu vida desde el momento en que os dejasteis de ver. Quizás sea esa su intención, está claro que cada uno escribe lo que quiere, lo que puede y lo que le publican, pero igualmente claro está, que yo opine sobre lo que leo. 
Parece la vida de un bohemio, de alguien que ha leído "todo lo que hay que leer y que si no has leído, no eres nadie", que transita por la geografía centroeuropea en busca de nada y encontrándose que gente que no es nada.
Quizás lo más interesante sean los personajes satelitales, que orbitan sobre la vida de Colic mientras este va avanzando en su carrera hacia su objetivo final, volver a ser un escritor, lo que ahora en una lengua nueva que va a tener que aprender.
Más que un manual de exilio, sería un diario de un exiliado o de un apátrida, pero vamos que el título es su menor problema. Quizás una relectura podría hacer replantear mi punto de vista, pero lo dudo mucho.
Si la intención era explicar lo absurdo de las situaciones en las que se puede llegar a encontrar un exiliado, pues lo consigue a medias, creo que se recrea en exceso en su "sabiondismo" y su falta de encaje en la sociedad que le acoge. Si, por el contrario, es una critica a las sociedades acogedoras y sus sistemas de acogida, pues igual, no hay crítica incisiva, ni siquiera cierta sorna o ironía.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Los timadores (The grifters)

Regresando a lo fácil, a lo sencillo, a lo conocido, volvemos a la novela negra, de los que viven al margen de la ley, pero sin el justiciero más o menos legal, es una novela sobre el mundo del timo y de las personas que en él habitan y sobreviven.


Los timadores es una novela sobre un triángulo de timadores que nos relata desde un momento actual, los avatares de los tres personajes, principalmente el de Roy Dillan, un timador de timo corto, sencillo, sin grandes alardes pero de largo recorrido. Junto a Roy, está su madre Lilly y Moira, su pareja, más o menos estable.
La novela se inicia con Roy saliendo de un timo con un buen golpe en el estómago, que le acaba produciendo una hemorragia interna. Mientras se encuentra débil, pero desconociendo el origen de esta debilidad, aparece Lilly que es la que le arrastra hasta el hospital, donde permanece ingresado hasta su recuperación. Durante su reposo, tanto en el hospital como en el alojamiento donde se encuentra Lilly, Thomson nos va relatando la vida de los tres protagonistas, como los avatares de la vida les ha llevado hasta el mundo del timo y del engaño, en diversas escalas.
Incardinado entre estos personajes está Carol, la enfermera que se dedica a cuidar a Roy en el hospital y que más tarde contrata Lilly para atender a Roy en su casa. A Roy se le plantea el dilema moral de seducir y mantener relaciones sexuales con Carol, pero le frena la certeza que tiene sobre la virginidad de esta. Hasta que llega un momento en el que decide ir de frente y preguntarle si es así. Al responder que no, a Roy no lo detiene nada y acaba en la cama con Carol. Es este hecho con el que comienza a replantearse su vida de timador, eso y la explicación de Carol de porqué no es virgen: fue violada y esterilazada en un campo de concentración. El impacto sobre Roy es fulminante.
Casi recuperado de su dolencia, Roy decide pasar por el trabajo que le sirve de tapadera de su vida al margen de la ley, se encuentra que hay una revolución total. El encargado de poner patas arriba la empresa le acaba ofreciendo un puesto de mando. No sabiendo como eludir el compromiso, Roy le comenta que todavía no está a tope y que si acepta, lo debe hacer estando completamente recuperado.
Durante una escapada desde Los Angeles a La Jolla, Roy toma conciencia de la verdadera naturaleza de la personalidad de Moira, que no deja de ser otra buscavidas, como lo son el propio Roy y su madre.
De vuelta a Los Angeles, recibe la noticia de la muerte de su madre, en un aparente suicidio en un motel. Al ir a encargarse de los trámites derivados del fallecimiento, al ver el cuerpo de la difunta, descubre que no es su madre, sino que debía ser Moira, ya que eran mujeres de similar consitución y edad.
Roy toma la firme decisión de aceptar el trabajo de supervisor de los comerciales que le ofrecieron en la empresa que le servía de tapadera para su actividad delictiva.
El desenlace no lo desvelaré (a pesar de que a estas alturas nadie haya llegado hasta aquí), pero es lo que le acaba dando fuste y consistencia a la narración, por que nos muestra la verdadera naturaleza de alguno de los protagonistas, de la asunción, hasta las últimas consecuencias, de esa forma de vida que han elegido o les ha tocado vivir.
Los timadores retrata a unos personajes que viven marcados por un origen con cierta fatalidad: Lilly se casa con 14 años y se queda viuda y con un hijo al cabo de un año; Roy es este hijo que siempre se ha visto como una carga para su madre, que no ha recibido afecto alguno y que necesita liberarse de esa relación; Moira, casada con un negociante errante, vive con cierta comodidad hasta que las circunstancias la obligan a cambiar su talante y su modo de vida, puesto que su marido ha decidido por la vía lenta del suicidio, el alcoholismo; Carol, es una superviviente de un campo de extermino nazi, creo que eso lo dice todo.
Es esta fatalidad la que les conduce, a los tres protagonistas, a vivir del esfuerzo ajeno, del engaño, del hurto, de la sisa, de la estafa, de aprovechar la buena voluntad de los otros, tendiendo una trampa, poniendo como señuelo una imagen que destila clase, elegancia, buenas maneras y simpatía.
En este viaje, Thompson plantea la posibilidad de la redención, que personifica en Roy, pero en el camino hacia esa via de escape se encuentra con dos grandes obstáculos, que son Moira y Lilly. Ninguna de las dos está dispuesta a renunciar a un nivel de vida al que se han acostumbrado, pero que las herramientas que necesitan para su mantenimiento, cada vez están más deterioradas, debido a la importancia de la imagen y tener un semblante lo más juvenil posible.
Es ese paso inexorable del tiempo y como afecta a las capacidades y necesidades para sobrevivir en el mundo del timo, lo que acaba ahondando en Roy y ve que no existe un verdadero futuro en ese mundo, que a lo sumo, podría contar los días que vaya sobreviviendo.
La novela parece una narración inconexa de las vidas de los protagonistas, pero esta estructura es necesaria para poder llegar al final que plantea Thompson, que no es otro que lo difícil que es renunciar a un día más de bon vivant a cambio de la perspectiva de un futuro seguro. Nos muestra las vidas y las pretensiones y que herramientas disponen para saciar a estas. Y es el final, el que le acaba dando consistencia y sentido al planteamiento previo de la historia.
Thompson acaba de entrar en la lista de los autores en la recámara para momentos en los que tenga claro qué leer.



martes, 20 de noviembre de 2018

L'integrista reticent (The reluctant fundamentalist)

Mi vuelta al mundo por diferentes literaturas me ha llevado a un escritor pakistaní, Mohsid Hamid, pero no me ha llevado a la literatura de aquel país, sino a literatura occidental escrita por un pakistaní. Ni más ni menos. En la bio, lo ponen por las nubes y según un montón de diarios de Gran Bretaña y EEUU esta novela es la lecha, imperdible, imprescindible y capital para entender la literatura contemporáneo. Debo ser un mal lector, por que me ha parecido una novelita bastante insustancial.



La novela nos cuenta la vida de Changez, un joven pakistaní que ha estudiado en Princeton y entra a trabajar en una pequeña empresa, pero prestigiosa, de evaluador de empresas, vamos de los que estudian la viabilidad de una empresa y deciden cuanta gente sobra, por que, al final, la solución siempre es decir que sobra gente y decidir cual. Durante su estancia en New York hay dos acontecimientos que marcaran su vida: conoce a Erica, una joven estudiante de Princeton, de familia acaudalada; y el 11 de septiembre y el atentado contra el World Trade Center. 
El narrador es el propio protagonista y lo hace desde su ciudad natal, Lahore, a la que ha regresado. Se lo cuenta a un norteamericano que está en la ciudad de visita, no se sabe si por negocios o por turismo.
Sobre su relación con Erica planea constantemente el fantasma de su novio muerto de cáncer. Esto supone una gran barrera para su relación, sobre todo a partir del momento en el que da el paso crucial. Los recuerdos del novio hacen mella en Erica que acaba en un internado.
El 11-S provoca un cambio en Changez (creo que el nombre es todo un juego de palabras, que seguramente en el original en inglés quedaría más claro), basado en la reacción de la gente hacia los musulmanes, que durante la narración es poco más que puntual, lo típico, miradas malcaradas, algún insulto, recelo, pero poco más. En cambio, parece que la situación que más le preocupa es la tensión geopolítica entre la India y Pakistán, que el papel del último en relación a los talibanes (suposición mía, en el libro no queda muy claro) y las ansias de venganza de los EEUU han provocado, llegando casi a provocar una confrontación militar.
Vamos a sacar el látigo. Si se supone que tiene una intención sarcástica o irónica, el libro hace aguas por todos los lados. Se supone que las pausas durante la narración con su invitados norteamericano, llevan cierta carga, pero vamos de un nivel lamentable. Parece usar al norteamericano para reafirmar los prejuicios occidentales sobre musulmanes y su apariencia física.
¿Tiene ánimo crítico? Limitado y solo en una dirección, el imperialismo norteamericano. Pero incluso aquí es limitado. Esto se ejemplifica en un viaje a Chile de Changez. Durante una cena con un directivo de una editorial habla sobre esa ansia de gendarme del mundo de los EEUU, poniendo ejemplos de su intervencionismo pasado, pero obviando mencionar a toda Sudamérica y Chile en particular.
Al final, Changez no deja de ser un personaje de buena posición, tanto en EEUU como en Pakistán, aunque aquí haya perdido parte de su antigua posición. Creo que la falta de asunción de esa pérdida de estatus, es lo que mejor trata el autor.
Me ha parecido una novela sosa, insulsa, sin contenido y con muchas insinuaciones que no llevan a ninguna parte, como es el final del libro, en el que se parece que pretende indicar que tipo de personajes son los interlocutores, aunque su pareja de conversación no diga una sola palabra.
Lo que me ha sorprendido es la ausencia de referencias a los talibanes y los que montaron aquel atentado, no solo por el 11-S, sino por como tenían sometida a mucha población, tanto en Pakistán como en Afganistán.
Creo que el mal que aqueja a este libro tiene más que ver con la generación del escritor que con el origen del mismo, que bueno, que ha estudiado y vivido en EEUU, a parte de Pakistán.
Creo que hasta aquí ha llegado mi relación bibliográfica con este escritor, salvo que la neurona y las prisas en la biblioteca me lo impidan.

Ficha del catálogo de la Biblioteca Nacional

domingo, 11 de noviembre de 2018

A dalt tot està tranquil (Boven is het stil)

Buceando por la biblioteca he realizado mi primera inmersión en la literatura holandesa contemporánea, con Gerbrand Bakker. Motivos, la simple curiosidad y una lectura en diagonal de la reseña del editor en la solapa. 
Como dicen, las prisas son malas consejeras, y vamos que todavía estoy esperando a encontrarle algo de sentido a la novela.


La novela trata sobre la vida de un granjero por obligación durante los últimos meses de vida de su padre. Es granjero por obligación a causa de la muerte de su hermano gemelo, que era quien tendría que haberse quedado con la granja.
Durante este tiempo, Helmer, el granjero, va recordando tiempos pasados, en los que tenía unas ilusiones y metas, pero que el trágico acontecimiento hacen que se desvanezcan. 
Al mismo tiempo, va narrando su día a día con los animales y con los cambios que ha decidido hacer en la casa en la que ha vivido.
Durante este tiempo, Helmer recibe una llamada, una visita y una carta de Riet, la novia de su hermano, que era quien conducía el coche con el que tuvo el mortal accidente. En esta serie de encuentros, Riet le propone que su hijo, Henk, que también es el nombre del gemelo de Helmer, pase un tiempo trabajando, ya que se encierra en su habitación y no sabe que hacer con él.
En definitiva, es una novela en la que el protagonista, en constate estado de recelo, no para de compadecerse de la vida que le ha tocado vivir, por obligación, por no defraudar ni a su padre ni la memoria de su gemelo fallecido, pero a la que en ningún momento ha puesto la suficiente oposición para intentar librarse de ella.
Se nota cierta amargura en el protagonista, con momentos en los que es malcarado con cualquiera. Esto lo lleva al extremo en la visita de Riet, a la que pasea por toda la casa, en la que está haciendo cambios, y le ha dicho, previamente, que su padre había muerto, que había sido incinerado y sus cenizas esparcidas, mientras visitaban la tumba de su hermano. 
Esta amargura se ejemplifica en la envidia que tiene ante la actitud del hijo de Riet, que hace lo que él hubiese querido hacer con su edad, no hacer caso de las órdenes de su padre y no tener ningún remordimiento.
Esa misma amargura se destila en las conversaciones con su padre, en los momentos en los que tiene que dedicarse a su higiene personal, narrados descarnadamente. Es una amargura por todo aquello que no pudo hacer: conocer mundo, sobre todo Dinamarca; poder estudiar; tener familia...
Durante toda la novela, el tema de la homosexualidad latente de protagonista es constante: desde como aprende a patinar sobre los lagos helados, con ayuda del mozo que trabaja para su padre; desde la llegada del hijo de Riet; con uno de los lecheros que vienen a vaciar los tanques de ordeñado; en el reencuentro con el mozo, tras, ahora sí, el fallecimiento de su padre, con el que emprende su soñado viaje a Dinamarca.
Nos muestra la inmutabilidad del cambio constante que es el campo, la granja y la agricultura, donde el paso cíclico de las estaciones marca esa monotonía constante. Donde todo cambia para seguir todo igual.
Sinceramente, me ha parecido un sopor y un aburrimiento, que igual era la intención del autor, pero a parte de eso, no profundiza en nada más. Recordando novelas de animales, si mi débil neurona no me falla, ha sido tan soporífera como me lo parecieron El coronel no tiene quien le escriba e Historia de un caballo. Igual, si las leyese ahora y con los 16-18 con los que los leí, me parecerían otra cosa, pero esa impresión de tedio ha permanecido indeleble.
Obviamente, Bakker pasará al baúl de los olvidos.

lunes, 22 de octubre de 2018

Moscú frontera (Moskva-hranice)

De vuelta a una novela del período de entreguerras, de vuelta a Jirí Weil, el autor checoslovaco. Moscú frontera nos relata, principalmente, la vida de dos checos en el Moscú de los años treinta, bajo el firme puño de hierro de Josif Stalin. Los dos protagonistas son Ri y Fisher.


La novela se divide en tres partes, correspondientes con tres personajes, los dos anteriormente mencionados más un tercero, Herzog, que apenas es esbozado en la novela y que aparece sucintamente en la parte que lleva como título su nombre.
También son tres partes las que componen la novela, aunque no se correspondan, exactamente con las que llevan el título de cada uno de los personajes. La primera parte, es el viaje de Ri desde Praga hasta Moscú y sus primeros días en la capital soviética. Nos narra el tránsito de pasar de Europa a Asia, ese contraste visual, estético que se va materializando según se acerca a Moscú.
La segunda parte sería el acomodo de Ri a la vida moscovita y soviética, en la que toma la firme decisión de luchar por integrarse, por formar parte de la patria proletaria y que la manera de hacerlo es empezando como una obrera en una fábrica. 
La tercera nos muestra el férreo control del partido sobre la vida laboral, social, política y familiar y como se escenifican las purgas. En un primer momento, nos muestra la purga como un instrumento de redención ante el resto de trabajadores de la fábrica, factoría u oficina, pero más adelante se nos muestra como el instrumento de eliminación sistemática de todos aquellos que son sospechosos de algo o que se han enfrentado a las rigideces del sistema, poniendo en duda la infalibilidad del partido, sus miembros y su líder.
A parte, la novela transita en diferente mundos paralelos: la vida común de los extranjeros, con sus beneficios y sus espacios exclusivos, envidia de los soviéticos, y la de los nativos; la vida de los miembros del partido y los que no lo son; la vida de los planes quinquenales y su realización y la vida de las fábricas, factorías e ingenieros para poder cumplir con su parte del plan.
El libro es un compendio de contradicciones de todo tipo, de incongruencias del sistema, de la sociedad y del partido. Un sistema igualitario en el que los extranjeros acaban siendo diferentes, con sus beneficios, siendo la envidia del resto de la población. Los miembros del partido que usan su poder para repartir la "justicia" alternativa dentro de los comités de empresa, las fábricas y factorías, para usar los medios del feudo sobre el que ejercen el poder en nombre del partido, en su beneficio y ser portavoces de la ética y moral igualitaria, de sacrificio y trabajo que emana el partido.
Weil glorifica el trabajo, el sacrificio y el orgullo del obrero que se deja la piel para conseguir una sociedad más justa, que lo materializa en el ansia de poder participar en los desfiles conmemorativos de la Revolución, los ve como una manifestación de ese orgullo obrero más que como un acto de devoción al partido, que es como se lo tomaba Stalin. Es ese papel aglutinador de todo ese orgullo que absorbe el partido, lo que critica Weil, eso y que se convierta en el vigilante moral de la sociedad y en su deriva controladora y sancionadora a través de las purgas.
Otra crítica muy explícita que Weil hace el partido es que según sea el lugar que ocupes y contra quién porfíes, su reacción será diferente. Es a lo que me refería con la "justicia" alternativa que ejerce el partido y no los jueces. Esto se materializa en la tercera parte, donde Fisher fía su suerte en la purga a que aparezca Herzog, ya que es el único que puede dar fe de su actuación y que lo alejaría de cualquier sospecha. Es otra de las contradicciones, como el que consigue la liberación de uno de los héroes del estado soviético, acaba siendo víctima en una purga, al no poder explicar su ausencia durante unos días.
Weil no es indiferente a nada de lo que ocurre en la Unión Soviética durante ese tiempo, las purgas tras el asesinato de Kirov. Nos describe esa dualidad de economatos para nacionales y extranjeros; la constante propaganda y competitividad originadas por los planes quinquenales y como las fábricas se pisan unas a otras en pos de sus objetivos, sin tener en cuenta el bien común; como se intenta construir un nuevo estado a partir del orgullo del trabajo y de la clase obrera, cómo el partido abusa de ésto para mantener un control férreo de la disidencia o de sus intentos; como funciona la acusación en falso y cómo funciona el seguir el discurso del partido para no acabar siendo víctima en una de las purgas; cómo confesar una pequeña falta para acusar a otro de una mayor o de un delito; como las reuniones en las que se ejecutan las purgas son los más parecido a un acto de fe, en el que, sea cual sea tu declaración (inocente o culpable), tu sentencia ya está dictada.
El tono de Moscú frontera es más sombrío que el de Mendelssohn és a la teulada, como mínimo en la primera parte de esta última obra.
Espero que haya algún título más en las bibliotecas de Barcelona, Weil nos da un punto de vista que es necesario y, que a pesar de su militancia política, no elude ningún tipo de crítica sobre aquello de lo que es testigo.

Ficha del catálogo de la Biblioteca Nacional


domingo, 30 de septiembre de 2018

Asesinos sin rostro (Mördare utan ansikte)

Relectura de la primera novela de Mankell con Kurt Wallander como protagonista. Vuelvo a él pasados más de 10 años de su primera lectura y con la sensación que es una lectura, que enmarcada en su contexto histórico, acabado de caer el Telón de Acero, no pierde vigencia, ya que trata unos temas que han estado siempre presentes en la historia de la humanidad: la codicia, los movimientos migratorios y el miedo al extraño, al foráneo, al extranjero, al que tiene una apariencia externa muy diferente a la tuya.


En una granja de Escania, aparecen el cadáver de un granjero jubilado y su mujer maniatada y sometida a numerosas agresiones. Wallander, avisado por unos granjeros vecinos, comienza la investigación. Espera que la mujer, hallada con vida, les pueda dar información sobre los asesinos. Las últimas palabras en vida de la mujer son extranjero.
Esto hace que se planteen que los sospechosos sean extranjeros, probablemente inmigrantes. Esta suposición viene de la existencia de campos de refugiados, nos encontramos a principios de los 90, con el aluvión de ciudadanos del Este buscando fortuna en los países occidentales.
A causa de un chivatazo a la prensa, desde la propia comisaría, se conoce el supuesto origen extranjero de los agresores. Esto lleva aparejados una serie de ataques contra los inmigrantes que culminan con el asesinato aleatorio de un refugiado africano. Esto provoca que a la investigación sobre el asesinato de los granjeros se una la investigación sobre el asesinato racista.
A partir de estos hechos, Mankell construye un relato que se asienta en tres pilares narrativos: la resolución de los casos, un análisis de la sociedad sueca desde las motivaciones de los crímenes y la propia vida personal de Wallander.
Mankell pone en boca de Wallander sus opiniones sobre la evolución de la sociedad sueca y sobre como le afectan los nuevos tiempos y acontecimientos históricos, como son la reciente caída del Telón de Acero, con la llegada de miles de inmigrantes de la Europa del Este que se unen a los ya tradicionales de otras geografías donde la miseria, la guerra y la falta de libertad están enquistadas. Nos pone ante la encrucijada de como actuar ante este nuevo fenómeno, como el papel de la prensa tiene es caudal para difundir una idea, como el estado no está preparado para estos fenómenos, que desbordan a la cultura de no control de las democracias nórdicas.
Mankell pone en tela de juicio la capacidad del estado y de sus medios, tanto para la policía como para los servicios sociales encargados de los emigrantes. Igualmente, critica la actitud de la prensa, de su nuevo interés por la carnaza, la exclusiva y la noticia impactante y no por la información, por rectificar cuando tiene que hacerlo y por la falta de ética y escrúpulos.
En paralelo, Mankell construye a un personaje en el que su vida personal se va desmoronando, con la llegada de esos nuevos tiempo, como si este derrumbe fuese paralelo al de la sociedad sueca. Se acaba de separar, la relación con su hija se está volviendo inexistente, la tensa relación con su padre se agrava con los primeros síntomas de demencia de éste y su nueva vida personal, desde el divorcio, es un caos y no consigue darle un mínimo de estabilidad.
Mankell señalaba entonces los síntomas de la enfermedad que está asolando la sociedad sueca: una xenofobia creciente, justificativa de las crisis y del empeoramiento de la situación material de los suecos, como si los inmigrantes fuesen tanto competidores en el mercado laboral y destinatarios de todas las ayudas sociales.
Mankell inicia con Wallander una serie de novelas que pone en el punto de mira el mundo actual y, en particular, a la sociedad sueca, que ya da síntomas de cierto resquebrajamiento de sus cimientos morales y éticos.


lunes, 17 de septiembre de 2018

Vestido de novia

A vueltas con Pierre Lemaitre, ahora con Vestido de novia. Lemaitre me parece un escritor brillante, no voy a decir que excelso, excelente, que con el tiempo se convertirá en un clásico, pero está en esa segunda fila de los escritores contemporáneos que hay que leer. 


Vestido de novia puede catalogarse como una novela negra, sin policías ni detectives, pero con una trama típica del género: a partir de un crimen se desarrolla toda la acción para acabar aclarando lo que ha sucedido. El libro está dividido en cuatro partes, que coinciden con los dos protagonistas y que van poniendo al lector al tanto de lo que sucede, de por qué sucedió y como va a ser el desenlace.
Las cuatro partes tiene dos narradores diferentes, que son los dos protagonistas de la novela. En la primera parte, tenemos a Sophie, que nos va contando como la locura avanza milímetro a milímetro en su interior. La acción comienza con Sophie encontrando el cadáver del niño al que cuida. La incapacidad de recordar nada, la lanza a una huida desenfrenada, la culpabilidad que siente la lleva a ir hacia adelante sin volver la mirada atrás. En su huída, aparecen más muertos, algunos de los cuales acentúan esa culpabilidad implícita sin tener consciencia de haberlos asesinado. En su plan de huída se incluye una nueva identidad y un matrimonio de conveniencia, para ella, no para el futuro esposo. Es en este momento cuando aparece el otro protagonista.
La segunda parte, narrada con la estructura de un diario, nos encontramos con Frantz que nos cuenta como consigue dar con Sophie y como se entromete en su vida y la de su marido sin levantar sospechas, como provoca en ella una serie de cambios, que hacen que ella dude de su cordura y se convenza de que va perdiendo capacidades y que su cabeza va cada vez a peor. La intromisión en la vida de Sophie alcanza límites insospechados: le esconde cosas, le cambia el coche de lugar, le cambia la medicación, espía su móvil, su correo electrónico, devuelve entradas... Una acción por acumulación que no extraña que cualquier persona en sus cabales acabase perdiendo la razón.
La tercera parte describe el desarrollo del plan de Sophie para desaparecer, buscar un marido en una agencia matrimonial y conseguir un nuevo apellido de forma legal. En esta parte, en la que ya se intuye que el candidato elegido y el vigilante de Sophie son la misma persona (Lemaitre no parece preocuparle que no se adivine), Sophie consigue su objetivo pero a la vez ve como se va hundiendo poco a poco, sin saber el motivo, no tiene fuerzas físicas ni morales para seguir adelantes. Pero por un acto fortuito, descubre la verdadera identidad de la persona con la que se ha casado.
La última parte es la ejecución, por parte de Sophie, de su liberación total, tanto de su captor como de su pasado reciente, marcado por la sospecha de ser la asesina del niño que cuidaba y del resto de cadáveres con lo que tuvo una relación en vida.
Es una lectura que, a pesar de las pistas que va dejando Lemaitre, mantiene el interés vivo en todo momento, en el que va montando las escenas en partes y que se van completando poco a poco y desde la perspectiva de los dos protagonistas. La narración de uno rellena los huecos que deja el otro, dándole una coherencia y consistencia a la narración.
Las angustias que describe de los dos protagonistas son muy vívidas. A pesar de que la persona que sufre y vive angustiada es principalmente Sophie, por razones obvias, no es menor la angustia de Frantz, que ve como su plan maestro y su objetivo final, la venganza del suicidio de su madre, se desmorona como un castillo de naipes y que es imposible reconstruir.
El desenlace es bastante lógico y algo previsible (no lo desvelo, por si alguien lo lee -el blog o el libro-), pero es a lo único a lo que se puede poner un pero. Hay un hecho que desencadena la reacción final de Frantz, que es la lectura de un informe médico sobre su madre. Como el padre de Sophie redacta ese informe y le da el contenido que tiene, es bastante difícil de justificar. Sobre todo consiguiendo que pase por veraz, viendo como de metódico es Frantz durante toda la novela. Pero, bueno, no deja de ser una novela y el autor se puede permitir las licencias y deslices que considere.
Es un libro que nos muestra dos estados de ánimo, la desesperación por la pérdida de control de tu vida y la satisfacción por el trabajo bien hecho. Angustia frente a metodismo.
He de reconocer que me costó entrar un poco en el libro, tiene un inicio algo confuso, supongo que para entrar en el estado de confusión permanente en el que se encuentra Sophie.

Ficha del catálogo de la Biblioteca Nacional

viernes, 3 de agosto de 2018

GB84

Desde que por primera vez cayó en mis manos un libro de David Peace, gracias a una reseña de un diario sobre nuevos "Conan Doyle", creo que he devorado todo, salvo Damned United, pero no creo que tarde, a pesar que no soy muy de literatura deportiva, gustándome como me gusta el fútbol. Acabada la tetralogía de Red Ridding Quartet y los dos primeros volúmenes sobre la trilogía del Tokio ocupado, tocaba esta lectura, que todavía no estaba disponible en la biblioteca en un idioma que me fuera comprensivo.


Como todas sus obras es complicada de reseñar, no por falta de argumento, ni de las situaciones narradas, sino por lo complicado que es establecer un hilo conductor en la narración. Construye el relato a base de brochazos que acaban construyendo un gran lienzo, de dimensiones descomunales, como esos grandes murales que alaban las grandes revoluciones. A pesar de la dificultad, Peace nos ayuda estructurando el relato como un dietario o un diario, a parte de dividir la historia en dos grandes bloques: por un lado, y con un formato a dos columnas, el día a día de dos mineros que están en los piquetes; y por el otro, el desarrollo de los acontecimientos durante la huelga, en la que intervienen los protagonistas de esta histórica huelga, tanto los que deciden y coinciden con los protagonistas reales, como otros que son complementarios y que entiendo que son ficticios, que son los que convierten el relato en novela.
La novela pretende ser una crónica ficcionada de la huelga de los mineros ingleses contra el intento de Thatcher de cerrar minas y privatizar la empresa pública que las explotaba.
Como conductores del relato tenemos a una lista de personajes que se mueven por todos los escenarios posibles: uno de los miembros de la dirección del sindicato de mineros, Terry Winters, que es el encargado de llevar la contabilidad; Stephen Sweet, alias el Judío, un hombre para todo, que actúa para el gobierno de Thatcher, moviéndose entre las sombras para conseguir que la huelga acabe con una sonada derrota; Neil Fontaine, chófer y hombre para todo del Judío, que se encarga de poner en práctica los planes "alternativos" del Judío; El Mecánico, un ex-militar que estuvo destinado al Ulster, a Rodesia, que trabaja para la policía o para el mejor postor, que se dedica a la guerra sucia que tiene planeada el Judío contra el movimiento sindical. Junto a estos "narradores del conflicto" desde la dinámica de la lucha, negociaciones, conversaciones, tenemos a dos miembros de los piquetes, que narran, a modo de diario, el día a día de la huelga: desde los aspectos más personales, como sobrevivir a esta situación, las tensiones familiares, las dificultades para afrontar el día a día, las factura pendientes; hasta los aspectos de la lucha sindical pura y dura: el día a día en los piquetes, las manifestaciones, la relación con los esquiroles, los enfrentamientos con la policía, el hostigamiento policial para impedir que se manifiesten, la angustia de no saber cuando y como acabará el conflicto y qué pasará en caso de derrota. 
A partir de estos personajes, se narran los diferentes escenarios, en los que aparecen los protagonistas históricos de la huelga: Thatcher, Arthur Scargill (presidente del sindicato de mineros), el presidente del consejo de la empresa minera pública, ministros del gobierno, líderes laborista, presidentes de otros sindicatos...
La habilidad que tiene Peace para montar este relato sin grandes alardes retóricos, a base de lanzar frases simples, contundentes es el sello del autor. No elabora grandes discursos, ni extensos razonamientos en los que se pierde el discurso y la intención narrativa. Aborda todos los escenarios de forma directa, contundente, llegando a ser hirientes para el lector en determinados momentos.
No escatima en crudeza, puesto que la situación no da para menos. Ni a nivel global, ni a nivel personal. Todos los protagonistas van hacia un precipicio existencial, no ven ninguna salida vital al final del túnel en el que les han metido los acontecimientos. Esta huelga es la espoleta de la bomba que es su vida, una vez contacte con la tierra, sus vidas saltarán por los aires y el desencadenante será el final de la huelga.
Peace nos muestra la capacidad de movilizar todo tipo de recursos por parte del poder para acabar con aquellos que pueden resquebrajar sus cimientos: desde un gasto desorbitado para reprimir el movimiento sindical hasta el uso interesado y la manipulación de los medios de comunicación; desde el uso de tácticas paramilitares y poco legales ensayadas en el Ulster, hasta la compra de voluntades, manipulando voluntades para retorcer el sistema judicial y convertirlo en un brazo más del poder político. 
Peace no describre una huelga, describe un conflicto quasibélico, donde no hay un planteamiento de solucionar un problema, buscar causas y exponer alternativas. No, no  hay alternativas, solo hay un objetivo, la derrota y la claudicación del contrario, tanto del gobierno como del sindicato minero.
Es una obra inmensa, no por su extensión, sino por su contenido, que aunque se circunscribe a un año, se extiende como una mancha de aceita, hacia el pasado y hacia el futuro. Creo que eliminando la ficción y puliendo los aspectos históricos, perfectamente podría ser un libro de historia sobre el conflicto.
Ficha del Catàleg de la Xarxa de Biblioteques Públiques de la Diputació de Barcelona

lunes, 23 de julio de 2018

La veritat sobre el cas Harry Quebert

Ir a la biblioteca, coger un superventas y salir trasquilado (adaptación del ir a por lana y salir trasquilado) esto es lo que me ha pasado con este libro. Ir con un poco de prisas, sin tener nada en mente, ver un superventas con unos años, para evitar lo del ir a la moda y encontrarte con lo que es, un libro para consumo de masas.



Marcus Goldman es un escritor nobel de éxito fulgurante, su libro de debut le ha catapultado a la fama, se ha dedicado a vivir la vida a todo tren y no ha empezado a pensar en su siguiente libro. Cuando su editor comienza a presionarle y a ponerle un plazo para su nueva novela, Marcus padece el síndrome de la página en blanco. No brota ninguna idea de su imaginación, por lo que decide volver bajo la protección de su mentor, un gran escritor que fue su profesor mientras estudiaba en una pequeña universidad de New Hampshire, Harry Quebert. 
Durante la estancia de Marcus, los jardineros de Harry descubren los restos de un cuerpo humano. Estos corresponden a los de una adolescente, Nola, que desapareció en 1975. Junto a los restos se encuentra un manuscrito, correspondiente a la novela que hizo de Quebert un estrella en la constelación literaria de los Estados Unidos. Esto provoca que Harry sea acusado de asesinato y detenido. A partir de ese momento, Marcus decide investigar para conocer la verdad y exonerar a Harry de la acusación.
Durante la investigación, Harry le confiesa a Marcus que se enamoró de Nola y que tenían previsto huir el día en el que desapareció, ya que nadie entendería su amor.
A partir de aquí, Dicker comienza a tejer una red de relaciones entre todos los personajes, con idas y venidas durante difertentes épocas: en 1975, mientras Quebert escribe su libro y tiene la relación con Nola; 2008, que es cuando Marcus tiene su crisis de escritor y cuando aparece el cadáver de Nola; en la época en que Marcus es alumno de Quebert; cuando la familia de Nola abandona Alabama para establecerse en New Hampshire.
El elenco de personajes es de una magnitud tal que está a la altura de cualquier culebrón o serial de los que se emiten en la sobremesa. A parte de Harry, Marcus y Nola, nos encontramos con policías de aquellos tiempos y los tiempos presentes, la familia de Marcus, la de Nola, el típico rico de la ciudad y su servidumbres, profesores, habitantes de la ciudad donde transcurre la acción, editores, abogados, agentes literarios, los amos del bar o el restaurante donde Quebert escibrió su novela. Entre todos ellos se van tejiendo relaciones a lo largo del tiempo, como la de un agente de policía que se acaba casando con la hija de la dueña del restaurante en cuestión y que durante la investigación una vez hallados los restos, es el jefe de policía.
Va dotando a los personajes de suficiente autonomía, tanta que casi podrían protagonizar una historia independiente, sobre todo en lo relativo a la personalidad y las relaciones fuera del hilo conductor de la historia.
Pero, a mi entender, la novela tiene un problema de coherencia, que va apareciendo según aparecen personajes y, Dicker, proyecta sobre ellos giros en la narración de la historia. Todo esto va enfocado a que el lector intuya quien es el culpable, para luego dejarlo en evidencia al surgir otro presunto culpable. No sería un defecto si no fuese un abuso, creo que una vez aparece un personaje con cierta relación con Nola o Harry, en seguida pone unas miguitas de pan para que las sigamos hacia el veredicto de culpable. Y, como aparecen un número considerable de personajes, se hace excesivo. Menos la propia Nola y Marcus, casi todos los personajes que aparecen, parecen tener motivos para matarla.
Esta incoherencia se complica con las subtramas que componen la novela:
  1. La incapacidad de Marcus de escribir su nueva novela.
  2. La historia de amor entre Quebert y Nola.
  3. La investigación de Marcus, con la ayuda de un policía estatal, para esclarecer los hechos.
  4. La novela que el editor de Marcus le encarga a partir de los hechos y todo el circo que se monta alrededor de ella.
No quiero decir que las tramas no tengan sentido, pero diluyen el sentido de la narración, como metido con calzador.
Lo que más me ha gustado ha sido la sensación que deja que en lugar de estar en New Hampshire en los setenta, parece que estemos en Kentucky, Iowa o Alabama enlos años 50. Quizás la diferencia entre pequeñas comunidades no sea tan grande como creemos creer. Como no podía ser de otra manera, utiliza todos los tópicos habidos y por haber: un famoso como ascensor social; la policía y su papel omnipresente; la hipocresía social y las ganas de aparentar; el rico que controla, con luces y sombras, toda la sociedad; el personaje oscuro y siniestro...
Entiendo el éxito del libro, los constantes giros de los acontecimientos, las sorpresas constantes, un lenguaje sencillo, sin complicaciones, pero bastante plano, una temática que no profundiza en nada, ni siquiera en lo tocante al tema de las relaciones entre un adulto y un menor, que en este caso, no tiene ni sexo. Ni tan solo critica la sociedad en la que se encuentran, como una sociedad cerrada, conservadora, más allá del mantra de "no lo entenderían", "esta relación no es posible".
Creo que hasta aquí ha llegado mi relación con este autor. Es un superventas al estilo del Zafón, que vive de las rentas de un superventas al que estira como un chicle sin darse cuenta que ha perdido el sabor, aunque puedes seguir masticando hasta la saciedad.
Lo de las tramas y la infinidad de personajes lo dice mejor y más claro Ramón de España en su columna sobre la última novela de Dicker.


lunes, 18 de junio de 2018

¡El autor, el autor!

Creo que en alguna ocasión había leído algo de David Lodge, debería repasar mis "reseñas" desperdigadas por el ciberespacio, o en la biblioteca de casa. Pero eran cosas más costumbristas, contemporáneas a la época en las que lo escribió. Pero en esta ocasión cambia de temática, de estilo y de composición. En ¡El autor, el autor! nos narra la vida de Henry James, el escritor del siglo XIX, durante su estancia en el Reino Unido. 



La novela está dividida en cuatro partes que podrían equipararse a los actos de una obra de teatro, creo que la intención del autor era esta, en clara referencia a la obra dramatúrgica de James, que a la vez ocupa gran parte de la extensión del libro. Estos cuatro actos se corresponden con tres momentos de su vida: el primer y el cuarto actos, son los que narran los últimos días de su vida; el segundo, enlaza, a partir de unos delirios que padece en sus últimos días, su relación con su amigo Du Maurier y con Fenimore y su introducción en el mundo de la escritura de obras de teatro; y la tercera, sobre su desencanto del mundo del teatro, sobre todo a raíz del tremendo fracaso del estreno de Guy Domville.
La novela, a pesar de esa estrucutura teatral, con escasos diálogos y narrada en primera persona, parece una autobiografía del propio James. Por lo menos, en lo tocante a los dos actos centrales, que son los que ocupan la mayor parte de la obra. El prólogo y el epílogo, que serían los que trancurren durante los últimos días de vida de James, obviamente, son narrados por un tercero impersonal, alguien que observa desde fuera todos los acontecimiento, un narrador.
Hacer una sinopsis de la historia es algo sinsentido, teniendo en cuenta lo que, a mi modo de ver, pretende el autor al hacer este libro sobre el famoso autor literario. En la vida de un personaje trufada de anécdotas alrededor de actos sociales, estrenos, vida entre grandes escritores de la segunda mitad del siglo XIX, intentar describir lo que narra el libro es bastante accesorio. Lo más interesante es el retrato sobre el autor que Lodge plasma sobre el papel.
Lodge nos retrata a un James que es producto de su época, educación y status social, pero con sus particularidades personales. James es un personaje criado y educado en una Norteamérica de la costa este procedente de una familia con suficientes recursos, al que se le dota de una formación y maneras sociales correspondientes con los estándares del momento y la clase a la que pertenece. Esto supone que hay una moral a la que debe respeto y sumisión, que supone el cimiento sobre el que debe asentarse su vida, su obra y su comportamiento. Esto no supone una intransigencia absoluta hacia quien no sigue la moral que debiera, consecuencia de su origen social y su educación. Es más, tolera cierta relajación de dichas normas morales, ya que a él le sirven de inspiración para su creación literaria. Pero el límite que se auto-impone ante tal tolerancia es el libertinaje, que no deja de ser otra cosa que todas aquellas práctica sexuales que no se atañe a lo moralmente aceptable: la promiscuidad, masculina o femenina; la homosexualidad física, ya que las muestras de afecto, como amor fraternal, entre hombres no le parecen en ningún momento reprobables, ni tan siquiera muestra de debilidad, como podría deducirse de los usos de la época; y las relaciones extramatrimoniales.
Lodge intenta sumergirse en los pensamientos privados de James relacionados con los ámbitos de su vida privada e íntima, destacando entre estos su relación con la literatura, a nivel de creación, de repercusión y de dedicación; su relación con el sexo, en su vertiente física y sus preferencias sexuales; y, su relación con el amor y el celibato.
La literatura y la escritura son para James su mundo, un mundo con unas reglas y un sentido que han de ser estrictos e inviolables, en lo formal y lo artístico. En cuanto a las temáticas, en las que el afán moralizante siempre está presente, su rigidez se relaja. Esta relajación le permite acometer su fin moralizante, ejemplificador, educativo, que le permite partir de una situación reprobable para llegar a un final en el que la expiación es la protagonista absoluta, ya sea como castigo o recompensa.
El rigor es algo que está presente durante la creación literaria de James. Para él, hasta la más ínfima coma, la más insustancial de las conjunciones tiene un sentido absoluto, no le sobra ni una triste preposición. Este rigor es el que le provoca sus mayores angustias, sobre todo cuando se dedica a la producción de textos teatrales. Durante esa época, sus textos son sometidos a unas purgas y recortes que le provocan gran frustración, ya que entiende que el sentido final de la obra necesita de cada palabra surgida de su mente. No es consciente. mientras escribe, que el teatro necesita de un ritmo que le perle sumen en mita atrapar el interés del espectador y del crítico y aseguren la continuidad de la obra en la cartelera.
La frustración que le provoca su fracaso en el mundo del teatro se acrecienta al ver como triunfan obras de un valor literario enormemente inferior a su producción, pero que entienden y están concebidas para el medio en concreto. El éxito de Wilde y, sobre todo, el de su amigo Du Maurier, con la adaptación teatral de su novela Trilby, le sumen en una mayor desesperación y aversión al teatro.
Lodge retrata a un James envidioso del éxito ajeno, sobre todo por que considera que su obra es de una superioridad artística que no se ve recompensada con un éxito comercial a la altura de su calidad. Es un hecho que planea durante toda la obra. Envidia el éxito comercial, puesto que es la única manera de poder mantener su nivel de vida, un nivel que le permita vivir cómodamente y mantener el estatus al que se cree merecedor.
La relación de James con el sexo ocupa gran parte de la novela, no como algo directo, sino que está presente durante la narración, como algo velado, como era su relación con él, sobre todo al asumir un celibato voluntario para dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera pasión, la literatura. De esta relación con el sexo, Lodge deja entrever que James no tiene clara su inclinación sexual, sobre todo cuando tiene muestras de afecto, para él justificadas y totalmente vacías de intención sexual, con otros hombres, en ocasiones bastante más jóvenes. Su orientación sexual queda también en entredicho con su visión sobre la vida de Oscar Wilde, del que critica su libertinaje, más como forma de vida, que por el hecho de las relaciones sexuales con otros hombres. Siempre tiene en mente el talento y el éxito literario como contrapeso a la vida privada de los otros. 
El amor y el celibato, en su versión familiar, son otras de las grandes pesadumbres que transitan por su vida. Su decisión de vivir por y para la literatura hace que se autoimponga un muro de contención hacia cualquier relación sentimental, esto se materializa en la relación que tiene con Constance Fenimore Woolson, a la que acaba llamando Fenimore para evitar familiaridades y malentendidos por parte de terceros, al hacer referencia a ella en cualquier escrito, hasta el punto de pedirle que queme toda la correspondencia entre ambos, para evitar malentendidos futuros por parte de terceros que tuviesen acceso a esas cartas.
El trabajo de documentación de Lodge es magnífico, desde la vida del propio James hasta la de personajes secundarios, ya sea históricamente (la familia Du Maurier), o en la novela, como son las apariciones de Bernard Shaw, H. G. Wells o el proceso a Oscar Wilde.
Repasando mentalmente lo escrito, me dejo infinidad de personajes que aparecen en la novela y que le dan el contexto adecuado a ésta: desde la familia de James, el personal de servicio, los productores, directores y actores teatrales, críticos de teatro, que acaban definiendo el retrato social de esa época y ese lugar.
Lodge construye una novela inmensa, donde retrata a un personaje en todas sus vertientes públicas y privadas, y le sirve de guía para hacer un retrato de los círculos sociales que rodean a la literatura y al teatro.

lunes, 21 de mayo de 2018

Delincuentes de medio pelo.

Esta vez el juego de la ruleta en la biblioteca salió regular. La verdad es que no escogí el libro convencido, pero hay que probar para errar. El libro no es ninguna maravilla, pero tampoco un horror. Es un libro correcto, es lo mejor que se puede decir.


La novela arranca con un atraco fallido a un pub, protagonizado por un ladrón de poca monta. Tras su estrepitoso fracaso, decide que no puede seguir en la tercera división de los delincuentes, que tiene que dar un salto cualitativo, que le permita entrar en los grandes negocios a la sombra de la ley.
Para ello decide planificar un secuestro, el secuestro de alguien que tenga acceso directo al efectivo, o sea, un banquero. Para ello empieza a estudiar candidatos, reclutar un equipo y montar la infraestructura. 
Como paso previo, decide visitar a uno de los mafiosos que está en la cima del crimen organizado irlandés, para el que trabajó en el pasado y que tiene media deuda pendiente. La visita es informativa, de cortesía, no para pedir permiso. En la visita, el mafioso le dice que eso está fuera de su alcance, que si quiere progresar, debe ir paso a paso. La frustración resultante de la respuesta hace que haga caso omiso y siga hacia adelante. La reunión acaba fatal.
Una vez organizado todo y elegido el candidato, el equipo asalta la casa de este y comienzan las complicaciones y los problemas. El primero, que no es un banquero, sino un abogado e intermediario en asuntos inmobiliarios. La causa de la confusión, la interpretación errónea de un recorte de noticia en el que aparecían el nombre del abogado y el de un banco.
Lo que tenía que ser un secuestro exprés, retener a la familia e ir al banco a por el efectivo, se complica. El abogado necesita tiempo para reunir el efectivo, por lo que la banda se lleva a la mujer.
Desde ese momento, se describen las relaciones entre la secuestrada y sus captores, entre los diferentes miembros de la banda, entre el abogado y los secuestradores, entre el abogado y un amigo para conseguir el dinero, entre el abogado y la policía, entre los diversos policías que intervienen.
La suma de complicaciones hace que el desenlace de los acontecimientos no sea nada favorable a la banda y esas complicaciones acaban afectando a todos los implicados, desde la secuestrada, que acaba siendo violada, hasta un policia que investiga a los sospechosos.
Creo que el autor desaprovecha la oportunidad de profundizar un poco más en los rincones sórdidos que toda sociedad tiene. En este caso, hay breves incisos que retratan como es la sociedad irlandesa previa al estallido de la crisis de las subprimes y su efecto global.
Deja pinceladas de una sociedad del pelotazo inmobiliario, de gastar, de consumir, del crédito fácil, del exhibicionismo social de la riqueza, pero de forma muy somera, superficial.
Creo que lo mejor de la novela es su desenlace. En un primer momento, me pareció que no tenía sentido, hasta que recuperas el inicio y es lo más original de la novela. Y quizás la reflexión de saber donde están tus propios límites, que si los quieres superar, raramente lo harás dando un salto mortal, que para alcanzar la meta soñada hay que superar etapas previas más modestas.
Creo que para ser una novela escrita por un periodista que escribe sobre criminalidad, finanzas y política, le ha quedado un libro bastante tibio. Como decía antes, esboza prácticas poco éticas y legales en el mundo de las finanzas, pero la tensión, que está bastante lograda, generada por el secuestro ensombrece todo el mundo financiero que envuelve a las víctimas del suceso.
Es de agradecer que no escriba con florituras, artificios y figuras retóricas innecesarias. Un lenguaje claro y directo encaja con el mundo del crimen, que tengo la impresión, que le interesa describir.
No sé si volveré sobre sus pasos, pero si lo hago no será por curiosidad, sino por una elección puramente casual.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Els humans.

En esta ocasión la ruleta de la biblioteca salió cruz. Y menuda cruz. Ya sé que es una tontería, pero el diseño de la portada me echaba para atrás, pero superé esa absurda intuición y me decidí a leer esta novela. No conocía al autor, lo que no supone nada, ni bueno, ni malo. El género, ciencia-ficción, no es de los que más aprecie, el exceso de delirio y fantasía provoca que me pierda, más de lo habitual. Pero no es ciencia-ficción pura, está presente por que hay un extraterrestre, pero poco más. Creo que lo de los números primos fue lo que me decidió. Y eso que las matemáticas no son mi fuerte, ni mucho menos.


La novela trata sobre un extraterrestre que toma la forma de un eminente profesor de matemáticas de Cambridge que acaba de demostrar la hipótesis de Riemann, sobre los números primos.
El extraterrestre es enviado para borrar todo rastro de la demostración de dicha hipótesis, tanto de los documentos, pruebas y correspondencia, como de las personas con las que éste hubiese tenido trato y a las que hubiese podido comunicar información referente a su demostración.
El desarrollo es el típico: reconocimiento de una nueva realidad, su análisis y la constatación de las contradicciones de los humanos; adaptación a la nueva vida; intento de ejecución del plan; renuncia a ejecutar el plan al reconocer la singularidad y los encantos de la vida en la tierra y su integración como ser humano, renunciando a su esencia y desbaratando el plan alternativo al inicial que él no lleva a cabo.
Es un flojo intento de ver la vidas y las relaciones humanas desde un punto de vista neutro para acabar dando alguna lección con moralina y justificando la actuación de la humanidad, a pesar de la incongruencia de sus acciones, pensamientos y sentimientos.
Es un libro prescindible, totalmente. Tendría que releer Sin noticias de Gurb, pero tengo la impresión que está a años luz de éste. Tiene algún momento divertido, a pesar de resultar tremendamente obvio, y alguna reflexión, con su carga de moralina, que te lleva a pensar, pero no dejan de ser mera anécdota.
Es uno de esos libros que loa la vida y la sociedad, a pesar de las dificultades del día a día, pero desde una perspectiva singular y acomodada, la de los catedráticos británicos, que no deben ser el más común de los británicos. Con lo que sus preocupaciones van por una esfera diferente a la del resto de la población, sobre todo de la que conforma la mayoría, aquellos que tienen que pensar en como llegar a fin de mes.
No sé, no veo ningún motivo más para escribir una línea más. Salvo que en las primeras páginas reflexiona sobre las matemáticas, el papel de éstas en el mundo y los grandes matemáticos y científicos.
Los libros anodinos tienen un problema frente a las series anodinas. Las series las puedes arreglar con una buena banda sonora, pero en los libros solo puedes citar las canciones. Por contra, puedes citar a clásicos, pero lo que consigues es que tu prosa quede aún más en evidencia.
Espero recordar su nombre para no volver a tropezar.

miércoles, 18 de abril de 2018

Mendelssohn és a la teulada

Con novelas de la Guerra Civil Española y la vida de los judíos durante el nazismo y la II Guerra Mundial, podrías pasarte una vida entera leyendo y no acabarte la literatura existente. No hay que buscarle doble intención a esas palabras, solo es la muestra de la magnitud de esos hechos sobre la producción literaria.
A Jirí Weil no lo conocía, no tenía ninguna referencia y la literatura alrededor de los temas introducidos, no entra en mis preferencias. Creo que el ser un escritor checo y que la trama girase alrededor de Praga, fueron lo que me hicieron decidirme.


La novela tiene dos partes diferenciadas. En la primera, partiendo del encargo a un trabajador del ayuntamiento para la retirada de la estatua de Mendelssohn del tejado de una sala de conciertos, por su condición de judío. La segunda parte comienza con el atentado y la muerte de Heydrich y la aplicación sistemática de la "solución final".
La primera parte tiene un tono más amable, dentro de las circunstancias de la ocupación alemana, a pesar que el Protectorado de Bohemia y Moravia era considerado parte del Reich. La anécdota con la que comienza, el encargo de retirar la estatua del compositor, pero no saber cual es la estatua a retirar, que lleva a que un botarate de las SS vaya al gueto a pedir un sabio judío para que lo identifique. Desde el gueto, les envían al que consideran al más sabio, pero no desde el punto de vista del conocimiento intelectual y cultural, sino a un experto en todo lo que rodea a la religión judía. El resultado, que desconoce quien es Mendelssohn, por lo que la estatua continúa allí.
La segunda parte describe más detalladamente la situación de presión, opresión y sumisión de la ciudad, en general, y de los habitantes del gueto, en particular. La novela es muy coral, no hay un protagonista, sino una procesión de éstos, de todo tipo y condición. Los personajes representan a tres grupos, básicamente: nazis ocupadores, judíos y, en menor medida, checos.
Esta variedad de personajes le sirve a Weil para construir los tipos de relaciones que se establecen entre estos tres tipos de personas, tanto entre ellos, como entre unos y otros. Además de esta construcción relacional, nos encontramos con el conflicto interno personal de cada uno de ellos, sobre todo, de los que están obligados a colaborar, que sabiéndose traidores o pecadores, lo hacen para salvaguardar vidas ajenas más que las propias.
Esta variedad tiene sus ventajas e inconvenientes. La ventaja más clara es que nos permite conocer el sinfín de relaciones que se establecen, voluntaria o forzosamente, entre todos los personajes; como conocer los dilemas morales o las prioridades vitales de todos los personajes. El inconveniente es que tanta coralismo lleva a que el relato se diluya y se difumine sin una trama clara. Quedando como hilo conductor, el paso del tiempo, las incertidumbres para los judíos y, hacia el final, la inevitable derrota nazi.
Creo que para su extensión, no pasa de 300 páginas, hay mucho material para la reflexión. Desde los horrores de la guerra, la ocupación, el hambre, la miseria hasta la esperanza, el miedo a la inacción, la falta de capacidad de reacción.
La novela no deja de ser un reflejo de las muchas contradicciones que conforman la vida humana, desde todas las perspectivas. Weil lo materializa, por un lado, en la depredación sistematizada de la ocupación nazi y, por el otro, por las esperanzas de los colaboradores por obligación.
La primera contradicción es que la ocupación está organizada de tal manera que su último fin es el expolio. Todo está detallado, listado e inventariado, pero a la vez, entre tanta jerarquía, método y listados, está la arbitrariedad del uso de la fuerza y del poder, en tanto se tiene una situación prominente y que usa la muerte, no como una amenaza, sino como una forma de solucionar o agilizar los problemas. Esta arbitrariedad es la que provoca que toda la organización sea menos eficiente de lo que se supone. Una cuerda y los ferroviarios son los ejemplos claros en la novela. Los mozos que tienen que retirar la estatua de Mendelssohn se quedan con una buena cuerda que, supuestamente, está correctamente inventariada y que si ha salido de un almacén ha de volver. Pero la ira ante los problemas para saber cual es la estatua a retirar hace que en esa perfecta maquinaria haya una pequeña grieta. Los ferroviarios son un problema mayor. Su papel imprescindible para mover el enorme contingente que suponen las tropas y su intendencia entre los diversos frentes, separados por miles de kilómetros, los hace poco menos que intocables, y por ello, toda la programación y planificación de los jerarcas nazis tropieza con la voluntad de los ferroviarios. Éstos pueden hacer desaparecer parte de la carga, transportar a personas sin conocimiento de las autoridades, ralentizar la marcha.
La contradicción en los colaboradores forzosos es la de la esperanza, a pesar de saber que su destino está marcado, en que podrán salir airosos de esta situación. Bueno, es doble contradicción, la de estar trabajando para aquellos que lo que pretenden es exterminar a los de tu misma etnia. Esto se refuerza con el papel de la religión y, sobre todo, el papel del pecado y su peso en cada uno de sus actos.
La esperanza siempre sobrevuela sobre aquellos que tienen su destino más que sentenciado: reos, judíos y colaboradores. Todos saben como acabarán, pero confían que en la arbitrariedad y las formas macabras de actuar de los nazis habrá un resquicio por el cual poder escapar. 
Hay un par de cosas más a destacar. Por un lado, la vida de los que se han de ocultar y los que les dan ayuda para poder seguir ocultos y, por otro lado, la sensación de Praga como un remanso de paz fuera de la locura de la II Guerra Mundial.

Pd.: Acabo de comenzar otra lectura, pero después de leer esta, es para coger el libro y mandarlo a la mierda, de momento. Muchas veces la lectura del siguiente libro define la magnitud de la lectura anterior.