miércoles, 2 de mayo de 2018

Els humans.

En esta ocasión la ruleta de la biblioteca salió cruz. Y menuda cruz. Ya sé que es una tontería, pero el diseño de la portada me echaba para atrás, pero superé esa absurda intuición y me decidí a leer esta novela. No conocía al autor, lo que no supone nada, ni bueno, ni malo. El género, ciencia-ficción, no es de los que más aprecie, el exceso de delirio y fantasía provoca que me pierda, más de lo habitual. Pero no es ciencia-ficción pura, está presente por que hay un extraterrestre, pero poco más. Creo que lo de los números primos fue lo que me decidió. Y eso que las matemáticas no son mi fuerte, ni mucho menos.


La novela trata sobre un extraterrestre que toma la forma de un eminente profesor de matemáticas de Cambridge que acaba de demostrar la hipótesis de Riemann, sobre los números primos.
El extraterrestre es enviado para borrar todo rastro de la demostración de dicha hipótesis, tanto de los documentos, pruebas y correspondencia, como de las personas con las que éste hubiese tenido trato y a las que hubiese podido comunicar información referente a su demostración.
El desarrollo es el típico: reconocimiento de una nueva realidad, su análisis y la constatación de las contradicciones de los humanos; adaptación a la nueva vida; intento de ejecución del plan; renuncia a ejecutar el plan al reconocer la singularidad y los encantos de la vida en la tierra y su integración como ser humano, renunciando a su esencia y desbaratando el plan alternativo al inicial que él no lleva a cabo.
Es un flojo intento de ver la vidas y las relaciones humanas desde un punto de vista neutro para acabar dando alguna lección con moralina y justificando la actuación de la humanidad, a pesar de la incongruencia de sus acciones, pensamientos y sentimientos.
Es un libro prescindible, totalmente. Tendría que releer Sin noticias de Gurb, pero tengo la impresión que está a años luz de éste. Tiene algún momento divertido, a pesar de resultar tremendamente obvio, y alguna reflexión, con su carga de moralina, que te lleva a pensar, pero no dejan de ser mera anécdota.
Es uno de esos libros que loa la vida y la sociedad, a pesar de las dificultades del día a día, pero desde una perspectiva singular y acomodada, la de los catedráticos británicos, que no deben ser el más común de los británicos. Con lo que sus preocupaciones van por una esfera diferente a la del resto de la población, sobre todo de la que conforma la mayoría, aquellos que tienen que pensar en como llegar a fin de mes.
No sé, no veo ningún motivo más para escribir una línea más. Salvo que en las primeras páginas reflexiona sobre las matemáticas, el papel de éstas en el mundo y los grandes matemáticos y científicos.
Los libros anodinos tienen un problema frente a las series anodinas. Las series las puedes arreglar con una buena banda sonora, pero en los libros solo puedes citar las canciones. Por contra, puedes citar a clásicos, pero lo que consigues es que tu prosa quede aún más en evidencia.
Espero recordar su nombre para no volver a tropezar.

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