jueves, 9 de noviembre de 2017

Whisky amb napalm

Había leído en algún lado que Víctor Mora, famoso por ser el creador de los guiones de tebeos como El Capitán Trueno Jabato, entre otros, tenía alguna novela escrita. Mientras buceaba por las estanterías de la biblioteca tropecé con este libro de singular título Whisky amb napalm. Una ojeada a la sinopsis de la contraportada y me decidí, más por curiosidad que por interés real o recomendación.



El libro intenta ser la recreación de lo que se conoce comúnmente como república bananera. Víctor Mora intenta hacer construir una novela de política ficción o de recreación política en la que condensa todos los elementos de todas los gobiernos autocráticos, dictatoriales y totalitarios que jalonaron la parte central del siglo XX a ambos lados del Atlántico, particularmente del área centroamericana y caribeña.
Es una historia bastante previsible en el 80% de su contenido, con todos los tópicos sobre los gobiernos dictatoriales de aquella época y de posteriores: personalismo, corrupción, represión, control férreo de todos los resortes del poder, estrechos círculos de confianza, una "corte" con la que celebrar fastos, fiestas y celebraciones nacionales...
A parte de Ribaldo, el dictador protagonista, se cuelan una serie de personajes secundarios que lustran lo comentado: jefes de seguridad, de espionaje, ministros, colaboradores, escoltas, los capitostes de las empresas que explotan para beneficio propio y de Ribaldo los recursos de la isla, los rebeldes hijos del régimen.
Lo realmente original de la novela es su desenlace, lo voy a destripar por que dudo mucho que alguien que lea esto (si lo lee alguien) se decida por leer la novela. En su celo por preservar el régimen, destruir la oposición y pasar a la posteridad como el Salvador y Pacificador de Felicia (nombre ficticio de la isla), Ribaldo decide construir un personaje, interpretado por él mismo, que se supone que es el cabecilla de una guerrilla insurgente que está decidida a derrocar a Ribaldo. Para cerrar su plan maestro, Ribaldo necesita un doble del cabecilla, para poder ofrecer su cadáver como muestra de que la rebelión (ficticia) ha llegado a su fin. Lo paradójico es que todo el teatro montado es el responsable de la formación de una verdadera y real guerrilla que entra en acción una vez se han celebrado los fastos de la victoria.
Es lo más destacado, el resto es bastante plano y no destaca en absoluto. No sé si es el tema, el género o la forma de narrar pero no es una lectura que te induzca a seguir leyendo más obras del autor.
Durante toda la novela está presente el momento histórico en el que se escribió, mitad de los 70 del siglo XX, en pleno auge de la Guerra Fría, la política de bloques, los movimientos revolucionarios y contrarrevolucionarios en Latinoamérica.
Salvo que la estantería de la biblioteca no me ofrezca mejores alternativas, es complicado que reincida sobre la obra de Víctor Mora.

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