jueves, 4 de abril de 2019

El fin de semana (Das Wochenende)

Creo que no leía algo de Bernhard Schlink desde sus libros de Selb, un ex-fiscal durante el nazismo convertido a investigador privado. Sabía que el tema de la novela negra lo había dejado de lado, pero no tenía ganas de leer su superventas adaptado al cine El lector, creo que vi la película y me pareció una castaña importante. Ya sé que no tiene nada que ver, pero es bastante desmotivador.

En un intento de facilitar la reinserción de su hermano tras salir de la cárcel por pertenecer a la RAF y de acabar con el remordimiento por entregarle a la policía, Christiane organiza un fin de semana al que convoca a los antiguos compañeros de lucha de su hermano Jörg.

El libro discurre entre las interrelaciones entre todos los asistentes, con referencia y retornos a los años de lucha clandestina y contra el capitalismo. Interrelaciones que son bastante superfluas en el desarrollo del libro. El fondo del libro es tratar el sentido del terrorismo y la lucha armada como vehículo principal en la lucha revolucionaria en la Alemania de los años 70. Schlink transita entre el individuo al que se le arrebata violentamente la vida, su familia y las motivaciones para hacerlo. Esto lo ejemplifica en la figura del hijo de Jörg, que odia a su padre por aquello que hizo y ha dedicado tiempo en conocer a los familares de las víctimas y comprender, sin entender, las motivaciones de su padre.

Le he encontrado otro enfoque a esta lectura, que es la constatación de la derrota de la vía revolucionaria, reflejada en todos los antiguos camaradas de Jörg. Todos tienen sus ocupaciones y su posición social, incluso una compañera es obispa protestante, todos han sido engullidos por el sistema. Unos por tener unas convicciones menos firmes, otros por miedo a dar el paso hacia la lucha armada y otros por la simple inercia y el poder arrollador de luchar contra lo establecido.

Entiendo el acto de contricción sobre unos años de plomo, pero creo que es bastante simplista su perspectiva. Reduce a la víctima a su condición esencialmente humana, de persona, sin contextualizarla en su esfera de responsabilidad social, política o económica, abstrayéndola de una dimensión que tiene una potencialidad de influencia sobre la vida de una multitud de vidas. Creo que poner en contexto a esas personas no hace que la crítica sea menos potente, simplemente la hace más creíble.

En cambio, la acción opresora o defensiva del estado para su pervivencia, queda muy diluida, como anecdótica, pasa de puntillas con definiciones muy genéricas, sin detallar víctimas y porqué lo fueron. Son alusiones genéricas al poder y sus mecanismos, el papel de la cárcel, básicamente.

Es un libro con interesantes reflexiones sobre todo lo relacionado con la lucha armada, su sentido y sus consecuencias. De balance y de ajustar cuentas con el pasado, para intentar comprender o por simple curiosidad más o menos malasana.

Creo que el personaje de la hermana está sobredimensionado, opinión muy particular. Y, sobre todo, el sentimiento de culpabilidad por haber sido la denunciante y esa constate lucha por conseguir que nunca se sepa. Hay momentos en que este objetivo ocupa demasiada parte de la trama, pareciendo algo casi infantil.

(Por aquí debería ir la ficha del catálogo de la Biblioteca Nacional y una foto de la portada, pero últimamente me está costando escribir y estos detalles me dan cierta pereza. Espero volver a coger el ritmo y las costumbres.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario